FLAUTA DULCE PARA UNA TONTA CANCIÓN

FLAUTA DULCE
PARA UNA TONTA CANCIÓN

Madre, hay una ventana en este cuarto
Una transparente ventana de bordes negros en el cristal
(y soy rico al tenerla aquí tan cerca de mí)
yo duermo debajo de ella
y desde las limpias sábanas
miro el cielo claro
el cielo gris
Por ahí al frente y a lo lejos
se ve la colina verde y fresca de un soleado cerro
Yo cuando estoy solo y callado me acuesto en mi cama

y con la mirada llego hasta ella
hasta la colina
y creo ver caballos en lo alto del monte
Sí, en verdad imagino caballos que llegan allí
a beber y pastar su soledad
su soledad sin jinete ni riendas
por eso procuro que algunos vaqueros aparezcan
y se lleven a sus caballos bien lejos
para ahondar así en la orfandad
del cielo claro
del cielo gris

(ahora pasa un pájaro oscurecido encima de la cresta verdiazul
y me alegro mucho al mirar su vuelo de pluma lejana
en la luz
y me alegro de alegría muda
como se alegraría un niño al sentir el agua por primera vez)

En esa montañita quisiera tener una casa
sin vecinos ni nada alrededor

Sólo una casa
Una casa sola
donde dormir el frío y arder en el calor
de un liso cuerpo terriblemente bello por su faz infantil

Eso quisiera

no sé

Últimamente se han ahondado los misterios de estas cruces
y sólo nos calma la certeza de morir.