La fiebre por la autoficción y el interés por las novelas de época o basadas en hechos reales representan una nueva amenaza para la verdad en la literatura verité. En una era en la que la credulidad de los lectores y espectadores domina las audiencias, aceptar ficciones como hechos históricos sólo fomenta la ignorancia.
Un ejemplo de esto es una noticia publicada por la corresponsal en Madrid de Le Monde, Sandrine Morel, titulada «La escabrosa y falsa historia española del burdel de Ravensbrück». La noticia se refiere al bestseller «El barracón de las mujeres», de Fermina Cañaveras. Narra la historia de una deportada española obligada a prostituirse en el campo de concentración nazi de Ravensbrück. Sin embargo, surgen dudas sobre la veracidad de esta historia.
Planeta describe a Fermina Cañaveras como diplomada en Relaciones Laborales y Turismo, y licenciada en Geografía e Historia. Se dedica a la investigación sobre mujeres y represión en conflictos del siglo XX.
Publicada por Espasa en enero, su novela de literatura verité ha alcanzado la sexta edición. Vendiéndose como resultado de cuatro años de investigación sobre Isadora Ramírez García, una española deportada y prostituida forzosamente en Ravensbrück entre 1942 y 1945.
Sin embargo, descendientes de los internos de Ravensbrück han señalado que nunca existió un burdel en ese campo, que estaba reservado a mujeres y niños. El historiador alemán Robert Sommer, autor de «Das KZ-Bordell», confirma que la prostitución forzosa se daba en otros campos como Buchenwald, Mauthausen o Auschwitz, pero no en Ravensbrück. Además, Sommer reveló que ninguna española fue obligada a prostituirse en estos burdeles.
La ficción como amenaza a la verdad histórica
La protagonista de la novela, Isadora Ramírez García, no aparece en los archivos del Memorial de Ravensbrück ni en los relatos de los supervivientes españoles. Cañaveras afirma haber obtenido la historia de una ex activista comunista fallecida, Carmen Patón, lo que dificulta la verificación de su versión.
Esta novela no es la única que utiliza el sello «basado en hechos reales» para distorsionar la verdad. La exitosa serie sobre el asesinato de Asunta Basterra en 2013, «El caso Asunta». Ha sido criticada por presentar un retrato distorsionado del juez y la prensa involucrados en el caso.
Hannah Arendt advirtió en «Los orígenes del totalitarismo» que el sujeto que sustenta el totalitarismo no es el militante convencido, sino aquel para quien la distinción entre hechos y ficción o entre verdadero y falso ha dejado de existir. En esta era de credulidad, la proliferación de la literatura verité presentadas como hechos reales solo agrava este problema y perjudica a los autores honestos, socavando la comprensión histórica y fomentando la ignorancia.
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